Entender que no sos para mí me ha costado pero es así. Es que una y otra vez intentamos ¿para qué? Si nuestro destino no es aquí. Quiero dejar de hablarte y no puedo. A veces me desespero, siempre que intento creerte te burlas y mientes de nuevo. Si me hablas no resisto al contestar, y aunque sabemos que a los dos nos hace mal, combinamos el amor con pasión y obsesión...