No existe peor maldición viviente para el hombre que el desamor. Pero ¿Puede tal desgracia arder en el alma cual fuego del inframundo? El protagonista de este micro relato, un estudiante desahuciado emocionalmente, nos narra en primera persona, a través de lo que es su testamento, una perspectiva psicológicamente tenebrosa del Via Crucis que representó haber conocido a la mujer a quien idealizó como el amor de su vida... y, con ella, también descubrió la condena de su alma, en una travesía llena de terror, muerte, angustia, y por sobre todo, la trágica premisa de que el hombre enamorado está a tan solo una mujer de distancia de la locura eterna.
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