Danielle acaba de terminar su relación de casi diez años con Augustine, luego de proyectar una vida entera junto a ella. Los antecedentes de depresión de Danielle no ayudan, pues, gracias a su melancolía ha descuidado todo aspecto de su vida, su familia, su carrera, su música, y parece encontrar a Augustine en todos los lugares a los que va; y se vuelca a las drogas en un pobre intento de escapar de la realidad. Danielle debe liberarse del fantasma de su ex novia para conseguir sanar, pero todo se complica cuando conoce a Christine, una rubia tan misteriosa como hermosa, tan angelical como diabólica, que parece ser la solución a todos sus males, y la respuesta a todas sus plegarias (o tal vez, un nuevo y más preocupante problema)... Aunque, Danielle tiene la cabeza muy ocupada como para pensar en alguien que no sea Augustine y sus preciosos ojos negros, y respeta demasiado a Christine como para usarla con fines egoístas. Christine, terca como sólo ella, se apega a su filosofía de "yo consigo todo lo que quiero", y se decide a conquistarla de todos modos, peleando con el fantasma de Augustine. Danielle debe descubrir cómo sanar sin meterse en triángulos amorosos y sin lastimar a nadie más en el proceso. Esta no es una historia de amor, pero casi.