La esperanza y el amor pueden vivir muy cerca de la desconfianza y el miedo.
Cuando una persona guarda sentimientos negativos en su alma, estos se acumulan hasta que, o la persona los vence, o es consumida por ellos.
Si fueras dividido en dos, ¿tendrías el valor para afrontarte a ti mismo?
Por un lado, todos tus temores están frente a ti, por el otro, todo sentimiento de buena voluntad se asoma felizmente.
Uno a uno.
Giselle se ve en la necesidad de superar, literalmente cara a cara, su miedo cuando su compañero Arion, el mejor hechicero de su escuela, la divide por accidente.
Giselle descubrirá que estar atado a un sentimiento, sin importar cuál sea, tiene consecuencias poderosas.
En un mundo donde el bien y el mal, la luz y la oscuridad, se han separado y sólo hay personas buenas, ¿Cómo se pueden alojar sentimientos tan crudos en el corazón?
Si tu libertad, tu propia vida, dependiera de la superación de tu mayor temor, ¿serías lo suficientemente valiente para enfrentarte a él? ¿Aun sabiendo que si fallas, perderás todo?
Dos mitades, dos sentimientos opuestos, un alma.
¿Será libre?