SONRISAS QUE ENGAÑAN EN ECOS DE TRAICIÓN

Lo supe desde el momento en que sus miradas chocaron con la de ella: el fulgor chispeante que apareció en sus ojos

ojos que nunca tuvieron la misma luz al mirarme a mí. Desde ese instante, comprendí que había perdido sus corazones, sus almas y la guerra, sin empezar a luchar siquiera.

Tal vez debí pelear por lo que se suponía que era mío, pero ¿cómo se lucha por alguien que no se considera tuyo y que nunca te perteneció? Desde el principio, jamás fui la protagonista, solo un personaje secundario que todos utilizaban a su antojo, un fondo difuso que resaltaba las falsas cualidades de amabilidad y comprensión que tenia ella.

Decían ser míos.
Que me querían.
Que me amaban.
Que nada ni nadie cambiaría eso.

Sin embargo, nada de eso importó cuando ella apareció.

Decidí no ser la villana de su historia de amor.

Solo sería una espectadora, observando la trama de su cuento. Pero el destino no pensó lo mismo cuando siguió entrelazando nuestros caminos una y otra vez, y la venganza que afloraba en mi corazón amenazaba con surgir.

Historia exclusivamente mía, no copiar
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