Ella se sentía vacía, había un hueco enorme en su pecho -Por que? siempre lo he amado con tal intensidad que nunca creí que él seria capaz de abandonarme a mi suerte. Ella creyó que aquel chico de cabellera naranja también la quería de esa manera, más nunca imaginó que solo jugaba cruelmente con sus sentimientos.
Allí estaba la pelinaranja sentada en su plaza favorita, con las manos cubriendo su rostro de manera tal que no se notaran sus lagrimas ni aquella expresión que denotaba aquel dejo de tristeza.
Así pasaron 3 horas, la noche se asomaba y nubes grises se asomaron por el cielo acompañando a la joven de 16 años con una lluvia consoladora.
-Kuchiki sempai me lo advirtió y nunca le creí, él me tenía encandilaba con su hermosa sonrisa, sus bellas palabras. Nuevas lagrimas aparecían en su rostro y ella seguía allí sentada, toda mojada, hacía frío pero no le importaba.
Eran las nueve de la noche y seguía allí, hasta que... un chico alto de tes blanca y pelos azabaches se le asoma y cubre con el paraguas. -Mujer, te enfermarás. Ella subió el rostro y sus ojos grises se cruzaron con aquellos ojos color esmeralda, se quedó mirando aquellos destellos verdes que daban lugar a una mirada fría e inquietante. Se levanta torpemente de donde estaba sentada y se golpea con el paraguas del chico a lo que añade - auch, lo siento. él la mira con asombro al ver su rostro hinchado y lleno de lagrimas -Deberías tener más cuidado, es muy tarde. Dónde vives? -Etto, por qué se lo diría a alguien que no conozco? -Ulquiorra Schiffer, mucho gusto. Ella lo mira extrañada y añade -O-Orihime. Disculpa pero, debo irme. Se despidió y se dirigió hacia su casa dejando atrás a un Ulquiorra muy extrañado, él hizo un mohín de media sonrisa y se dirigió hacia donde debía irse.
Y así Orihime Inoue y Ulquiorra Schiffer siguieron sus caminos sin saber que sus destinos estaban entrelazados y que comenzaría una nueva historia de amor entre ellos.