- A veces creo que somos llamas de fuego- dijo Dylan -¿Como las de una fogata? -No, más como las de una vela- apartó su mirada hacia el oceano- Algunas se mantienen fijas como si estuvieran alcanzando el cielo, y otras solo danzan y pareciera que no supieran a donde ir. -¿Qué llama crees que eres?- Sonrió. Linda sonrisa, encantadores ojos, ¿Esas eran margaritas en sus mejillas? -Eso depende de qué llama seas tú.- su mano sobre la mía por segunda vez -No soy una llama, soy una ola y me rompo.