El pez cae por su propia boca y Ewan Lockhart, duque de Saint Albans, mejor conocido como el duque infame, está a punto de comprender que la trampa que intentó ponerle a su enemigo eterno le costará muy cara, puesto que ahora tiene bajo su merced a una incontrolable Briseida Milton, una mujer tan bella como ardiente que lo llevará al límite de su auto-control, provocando que se cuestione si realmente es el canalla que todo el mundo cree, dado que ningún hombre de su calaña renunciaría a una probada de esa mujer. La noche apenas está empezando y el duque infame no tiene la menor idea de a qué santo debía rezarle para evitar caer en su propia trampa.