Anastasia se limitó a verlo partir, con su mano en el hombro, donde hace solo unos segundos él la había sujetado, una pequeña lágrima corrió por sus mejillas, aquellas mejillas que mostraban un claro envejecimiento. En la mente de Anastasia solo se hizo presente una pregunta. ¿Realmente no te arrepientes? Aquel ser que mueve los hilos de la vida le ha otorgado una segunda oportunidad, pero ¿ella será capaz de aprovecharla?