Erase una vez un hombre que, devoto como pocos, sirvió a su señor. Con fuerza y fe, derrotó a todos los enemigos que se le opusieron, para bien o para mal.... Paciente y diligente, se entregó tanto en vida como en muerte a su deber, incluso cuando fue arrebatado por la oscuridad misma. Pero ése no fue su fin, no mientras hubiera una razón para que existiera.All Rights Reserved