-- ¿Cual es tu maldito problema? deja de perseguirme de una buena vez.-- Dejarlo en paz no estaba en sus planes hasta cumplir su objetivo y su viejo vecino Jeon parecía no entenderlo. Se acercó sacando su legua obscenamente chocando la punta contra su piercing redondo en la esquina de su labio inferior. Coquetamente, empezó a subir sus manos por el brazo derecho del chico, admirando una cierta cantidad de tatuajes. -- Yo... solo quiero que me penetres con tus manos tatuadas. -- . . . -{FINALIZADA}. -Historia corta. -Capítulos largos. -Contenido +18. -No se aceptan copias ni adaptaciones.