Aquel adolescente de Blancos cabellos, Cuerpo delgado y femenino Es una tentación a la mirada de cualquiera. Pero, tras un golpe de suerte, El chino gana la partida y con ello también la apuesta. Sonrió al saber que el confiado imperio japonés, no había apostado menos que a aquel niño que acompañaba los pensamientos más perversos del chino. ¿Que le esperara al pobre japonés? ¿Una vida de lujos? ¿Una vida mediocre y aburrida? ¿Una vida cargada de sufrimiento? Nadie más que el lo sabría, Apartir de ahora, le pertenecería en cuerpo y alma a su dueño... . . . China~ . . .