No hay Escapatoria

Me fui de casa porque mamá rompió mi corazón, papá no hizo nada para evitarlo y mi hermano... y yo no hice nada para salvar a mi hermano.
Esperé que todos durmieran, escribí cartas de despedida, cartas a mi hermano hasta su cumpleaños 18, tomé mis ahorros y fui hasta la terminal a tomar el primer colectivo que me llevara lejos.
Hice todo esto pensando que a la semana me arrepentiría, que volvería, que me darían vergüenza mis propias cartas y que era solo para tener de recuerdo un acto de rebeldía, no lo hice pensando que nunca volvería a mi casa y que nunca volvería a ver a mi familia ni a nadie que conociera.
Tenía 16 años, había vivido poco. Jamás pensé que el dolor llevara a lugares como ese.