Daemon recibe la carta de Rhaenyra en el que se le acusa de traición, sin embargo, él tiene una misión y es enfrentar al enemigo más peligroso: Aemond Targaryen. Es así que Daemon, con el corazón roto, encara a lomos de Caraxes a Aemond el Matasangre. Él cree morir, pero el Panteón tiene otra idea.