Mi nombre es Ruby, hija de Jennie Kim. Dicen que soy su reflejo, la viva imagen de la mujer que fue arrebatada de mi vida. A mis veinte años, he esperado cada segundo por este momento. La venganza es dulce, y ha llegado la hora de cobrarla.
Lisa Manobal, de cuarenta años, pagará por todo el daño que le hizo a mi madre. Ella la destruyó, y no descansaré hasta que todo lo que ha construido junto a su esposa, Rosé Park, se desmorone ante sus propios ojos. Esa mujer tiene un hijo, Jungkook, quien será mi boleto de entrada para destruir a esta familia.
-Jennie Kim, ¿eres tú? Has vuelto -murmuró la señora Manobal, sorprendida al verme de la mano de su hijo.
-Mi nombre es Ruby Jane. No se confunda. Soy la novia de su hijo, un placer conocerla -respondí con una sonrisa cargada de intención, mis ojos posándose en sus labios. Saboreé su desconcierto. Esto apenas comenzaba.
-El... el placer es mío, señorita Ruby Jane -dijo Manobal, besando mi mano, mientras la confusión nublaba sus ojos, incapaz de dejar de mirarme como si fuera mi madre.
Tiempo después...
-Quiero que tengamos el hijo que no pudimos tener antes -me susurró la señora Manobal en una noche de sudor y susurros. En sus ojos ya no veía a Ruby Jane, sino a Jennie Kim.
¿Será que del odio al amor hay un solo paso?
Descúbrelo.
Lisa era una joven de 17 años cuando su pesadilla llego, una cicatriz le marco el rostro, desde ese momento ya no volvió a ser la misma de siempre, paso de ser una chica llena de vida y alegría a apagarse por completo, volviéndose así amargada por todo, encerrándose en su mundo de tristeza y enojo, permanecía oculta en su casa donde nadie mas que su madre podía verla, es ahí cuando conoció a Jennie la hija pequeña de los nuevos vecinos.
Cuando Lisa la vio por primera vez Jennie tenía 15 años, una pequeña con ojos de gato, desde ese momento, Jennie se convirtió en una nueva forma de distracción de su realidad.
Jennie por su parte desde el momento en que llegó a ese vecindario la casa amarilla le había llamado la atención, no solo porque sentía una mirada sobre ella desde la ventana de esa casa, si no por que quería saber quien era la segunda persona que vivía ahí.