Hay recuerdos más grandes que otros, pero el más importante es el que se crea por amor.
Maximiliano -Milo- está en coma tras un accidente automovilístico. Mientras todos publican fotos de despedida, Jonas se niega a creer que su persona favorita se esté yendo. Porque mientras Milo respire, su promesa también.
Años atrás, entre colibríes de papel, títeres con hilos carmesí y un bolero improvisado bajo las luces de una feria vieja, se juraron algo simple y enorme: crear el mejor recuerdo juntos.
Ahora, con solo una mochila casi vacía, un bloque de post-its amarillos y un puñado de billetes arrugados, Jonas emprende su viaje. Recorre el lugar donde dieron su primer beso, la estación de tren donde soñaron huir, la rueda de la fortuna que parecía tocar el cielo sin alas, la playa donde se prometieron que nada los separaría.
A cada paso, Milo lo acompaña: su voz vive, narrando cada escena tal como la sintió, sin saber que ese momento se convertiría en un ancla para sobrevivir a la oscuridad. Entre bancas vacías, carpas abandonadas y olas que guardan sus risas, Jonas convierte el dolor en un mapa de recuerdos nuevos... el mejor recuerdo, uno que pueda sostenerlos a ambos, incluso cuando todo lo demás se apague.
"Un sueño carmesí" es un viaje de amor y despedida. Un hilo rojo que no se corta. Una rueda de la fortuna que nunca deja de girar. Porque mientras quede un susurro en la marea, Jonas y Milo seguirán encontrándose.
Páramos a la chica encima del círculo mágico, y mi fina cuchilla hizo sangrar el cuello de aquella enamorada, que tirada en el suelo se encontraba sin vida.