Esta noche, Dazai usa su bota para empujar la cabeza de Chuuya hacia un lado, revelando el rostro enrojecido por el alcohol y la boca abierta y goteante. En silencio, con una inhalación de fastidio, Dazai continúa con su camino endeble hacia la habitación. Es tono. Es inútil. No hay que pensar en ello. Dazai puede ignorarlo. Sólo ponle un poco de cinta a la caja, séllala y luego déjala en el lugar más alejado de tu mente. Así no habrá nada que pensar.All Rights Reserved