Un gato que habla, amnesia total y un callejón de Berlín donde comenzó todo. Cuando todo estaba perdido y el hambre amenazaba con acabar conmigo, un grupo de hombres con habilidades un tanto especiales, aparecieron ante mí para arreglar una injusticia. Como mera espectadora y sin quererlo, usé un poder del que ni siquiera tenía constancia, dejando a todos atónitos. Y claro, apareció un gato, o eso parecía.Todos los derechos reservados