- " Y es que para escribir sobre amor hace falta estar enamorada o que te hayan roto el corazón, y no se cual de las dos cosas es peor." - recitó Lily de su libreta.
- ¿ Y cual es tu caso? - preguntó el con curiosidad.
- La segunda, claramente. - contestó ella como si fuera la cosa más obvia del mundo.
Puesto que Lily había sufrido mucho en su vida, y esas circunstancias la habían vuelto esa chica malhumorada, con carácter, orgullosa, y con un odio inmenso hacia los chicos. Pero hay personas que dejan huella en tu vida, que por mucho que pon un muro para que no entren, acaban siendo especiales. Y allí estaba Matthew, un chico como ella, intentando hacerse un hueco en ese corazón, derribando aquella coraza que ella había tardado tanto tiempo en construirla, y rompiendo todos sus esquemas.