De pequeña no soñaba con que un príncipe viniera a rescatarme, siempre era yo quien salvaba a la princesa y eso era mucho más divertido. Nunca pensé que me enamoraría, mucho menos que sería de ella, aunque creo que inconsciente sabía que siempre sería una chica. Las constelaciones dibujadas en la pared de mi habitación son un recordatorio de las incontables veces que le enseñé sobre astronomía y todo lo que ello significa para nosotras. Su perfecta caligrafía queda marcada entre tantas estrellas con una corta y significativa frase que sólo nosotras comprendemos. 《Esto es nuestro. No habrán estrellas mientras no estés conmigo》 La frase "los polos opuestos se atraen" sólo cobró sentido en cuanto Hanna llegó a mi vida. A ella le encantan las fiestas, los chicos y las películas románticas. A mi me gustan las reuniones pequeñas, salir a cenar y los libros. A ella le gustan las estrellas y a mi me gusta ella. Volvernos amigas no estaba en mis planes, enseñarle sobre la astronomía mucho menos y que todo se volviera más que una atracción parecía casi imposible. Todo comienza con un saludo, con una reunión, con un beso con sabor a Vodka. Más tarde que pronto comprendo que estoy perdida. ¿Cómo es posible que haga latir mi corazón de esta forma tan salvaje y horrible? ¿Cómo es posible que no pueda dejar de mirarla? Estoy decidida a caer por el abismo a sabiendas que ella no se encuentra debajo para atraparme. No temo saltar pero me asusta lo duro que puede ser el golpe... me asusta que no pueda curar todos mis huesos. Prohibida su copia y/o adaptación. Todos los derechos reservados. Contiene algunas escenas +18, leer con precaución.All Rights Reserved