En el reino de Zurel se ha esparcido una noticia, el rey será exiliado. Acusado por la misteriosa muerte de su hermano, Raúl sostiene que es inocente, y que esto solo se trata de una conspiración que ha querido desacreditarlo. Está dispuesto a desmentir todo lo que se ha dicho, esto lo lleva a enfrentarse al líder de su complot, Itriago, el primer ministro de Zurel. Raúl se adentra en un camino que su enemigo intenta manipular, y donde su integridad es puesta en duda constantemente. Un destello de esperanza aparece, cuando descubre la existencia de esas evidencias, las que lo ayudarán a redimirse, no obstante, el tiempo corre y tiene que encontrarlas antes que Itriago lo haga.