La Tristeza de Odín

Odín, Padre Todos está próximo a su lecho de muerte...
Pero se rehúsa a irse del mundo terrenal dejando que sus hijos estén en malos términos. Términos que él mismo les inculcó sin querer; odiarse, tenerse envidia, simplemente no amarse como los hermanos que creyó debían ser desde que los tuvo a ambos en sus brazos.
Odín no es un mal hombre, pero sus acciones como Rey, Esposo y Padre, demostraron lo contrario.
Perdió a su querida esposa por subestimar al enemigo.
Sin heredar a uno de sus hijos su corona sin el verdadero significado y enseñanza de ser rey hará que pierda a su pueblo.
Sin arreglar sus lazos de paternidad, y en el proceso, curar los de hermandad de sus hijos, hará que los pierda.
Odín no quiere perder todo. Pero su reputación es como la de su hijo menor, y aunque su apariencia fue como la de su hijo mayor, cuenta hoy con la inmadurez del mismo.
Quiere irse siendo un buen padre, un buen rey, y si la vida le da la segunda oportunidad, irse siendo buen esposo.