ㅤㅤㅤA Hyunjin le gustaba la atención, disfrutaba que otros lo mirasen y lo elogiaran; le gustaba ser amado. Algo en lo que Jeongin había fallado; Hyunjin no se había sentido querido cuando estaba con él y difícilmente lo hubiera logrado. Desde que Hyunjin y él se conocieron, a partir de los seis años de edad, Jeongin le permitió muchas cosas, porque no le gustaba ver a Hyunjin triste por su «culpa»; hasta que escaló a otro nivel. Jeongin no fue capaz de responder a ese nuevo deseo -necesidad- de su amigo. En ese entonces fue terriblemente confuso para Jeongin, con dieciséis años no era tonto, ni un niño inocente. Jeongin conocía los límites, y Hyunjin besando su cuello con dientes y lengua no estaba dentro de esos. Jeongin ya no supo qué hacer. ㅤㅤㅤSabía que Hyunjin y él volverían a cruzarse tarde o temprano. Y así fue, solo que, de todos los escenarios que Jeongin se había imaginado en los dos años que estuvieron sin verse -decenas de situaciones-, ocurrió de la manera menos esperada. La siguiente vez que Jeongin vio a Hyunjin fue en el dormitorio compartido del campus, de madrugada, dentro del apartamento que compartía con sus amigos. «Bienvenido, Innie» [No permito adaptaciones]