𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐜𝐫𝐲, 𝐦𝐲 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐠𝐢𝐫𝐥

Entonces, él la miro, justo en aquellos ojos marrones que tanto le gustaban y le dijo; no llores, pequeña, todo estará bien. Ella le creyó, siempre lo haría, no importa él momento, la hora o el lugar, incluso si el no estaba era su lugar seguro.

Calido; ella le llamaría así a su presencia, no le importaba jugar con fuego, menos quemarse, ¿y qué si era el diablo?

Dicen que no hay nada más puro que el amor entre dos hombres, pero, ¿qué hay de un psicópata y una suicida? él definitivamente mataría si lo pidiese, y ella moriría si se lo dijese.

Donde hay luz siempre hay oscuridad, él no dejaría que la rompieran, no de nuevo.