Una racha invicta, su 12° campeonato ganado y él allí, como si nada, pensaba que la emoción en su vida se había terminado. Que ya nada podría volver a provocarle una adrenalina como aquella primera vez en donde tomo la ficha e hizo su primer Jaque Mate. Lo que no se esperaba Park Jong Seong era que aquella adrenalina que tanto anhelaba estaba a punto de atravesar la puerta de su salón y que haría que todo su mundo se volviera un completo caos. Un chico que anhelaba tener la adrenalina del desorden, de ver como no podía controlar la situación, de sentir que pronto perdería, pero lo que Park no sabía es que aquella adrenalina que tanto deseaba venía en una forma muy peculiar, una forma muy hermosa ante sus compañeros de su club y de las chicas de su salón. Park se arriesgó a jugar su partida contra el reloj y también contra un amor, un sentimiento que para Park era más fuerte que cualquier desorden o movimiento que él podría hacer frente a su tablero de vida.