-Te amo, Vegas. - Susurró con su cara escondida en mi cuello, escuchar eso hizo que mi pecho se sintiera caliente y una emoción ya conocida volvió a surgir. - Te amo tanto. -Yo también te amo, Pete. - respondo a su confección mientras mi mano acaricia su cabello. - no sabes cuanto. Todo esto comenzó como un mal entendido, pero le agradece al cielo que le mando a este Angel para salvarlo y darle un poco más de sentido a su vida.