De Las Cenizas Del Fuego.

En el más grande e imponente reino, donde no solo gobernaba sus tierras sino que también poseía la potestad de ordenar a lo reinos más lejanos a obedecer sus órdenes y reglamentos solo por ser de una raza superior que la de los humanos; vampiros, reinaba la familia Diherôth quiénes eran reconocidos por la gran bendición que tuvieron al ser vampiros y en su gran mayoría Alfas.

No existía ser que no temiera a ese reino, incluyéndo a sus propios habitantes. Los reyes de reinos vecinos, sin chistar obedecían las órdenes del gobernante del reino Éter sin siquiera cuestionarlo, eso era algo natural para los humanos... a excepción de una jovencita de oscuros cabellos y ojos profundos quien sin importar ser una raza inferior a la de esa familia, terminó por desafiar una guerra a esa reino.

¿Tenía motivos?

Si. Simplemente, no le gustaban los vampiros...

Aunque claramente eso era un mentira, tenía motivos más oscuros como para detestar ese reino y a sus habitantes.

Venganza era lo que definía su persona y si gracias a eso la hacían ver cómo la villana, ella no tenía ningún problema de serlo.

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