Dios tenía que darle fuerzas, no podía abandonarla. Si todo era una prueba, entonces tendría que ayudarla ¿verdad? Porque definitivamente no era justo para ella el tener que resistir la tentación viviente de cabellos rubios y piel bronceada, de anchos hombros y labios deliciosos, de ojos picaros y sonrisa brillante. No era justo, nada justo, el tener que llamarlo "Nii-san" /BoltHima. Uzumakicest!