Un día normal para Sasha Waybright iba camino hacia la casa de su abuela pero quería sorprender aquella mujer que le daba un gran respiro a su vida, la rubia amaba a su abuela más que a nada en el mundo aquella señora canosa era la única en su familia que la escuchaba y la entendía, más bien era la única en su familia que le importaba, siempre que iba donde su abuela veía una florería afuera con unas cuantas macetas de rosas, tulipanes y uno que otro pequeño cactus, lo que no esperaba era que dentro de aquella tienda iba a conocer a una azabache un tanto peculiar.