Paso a relatarles cómo pase de estar estudiando para mis últimos exámenes de la carrera, a estar masajeando las piernas del plantel de nada más y nada menos que de la selección Argentina. Ya de entrada es poco creíble, imagínense cuando les cuente todo lo que falta, me van a encerrar en un hospital psiquiátrico, sin dudas. Solo centrense en prestar atención a este giro de 180° que tomo mi vida en nada más que un día. Después me dicen si estoy tan mal como parece.