Fue el mismo año en el que Tom, el luchador Gumey, sacó de combate al calamar espacial de Rigel X-9. Sucedió a las 9:38 p.m., provino de un codazo volador atómico; y en ese momento sin advertencia y en un hecho de coincidencia total, nacieron cuarenta y tres niños extraordinarios. En su mayoría de madres solteras, que no habían mostrado señales de embarazo, en ubicaciones aparentemente aleatorias por todo el mundo.
Los niños fueron abandonados o dados en adopción, y llegó Sir Reginald Hargreeves, alias El Monóculo. Usando métodos no revelados, buscaba localizar y adoptar a tantos de esos niños como pudiera.
Solo encontró a ocho de ellos.
Tras borrar sus identidades y ocultar a los niños del mundo, Sir Reginald llevó a cabo una conferencia de prensa en Estocolmo, en la que el periodista Cosimo De'Lostrono, de Millán, preguntó: "¿Por qué adoptó a esos ocho niños?" A esto, Hargreeves, con Número Cero en los brazos, respondió:
-¡Para salvar al mundo, claro está!
A lo que el mundo se preguntó, ¿de qué?
No recibieron respuesta alguna.
Tom Riddle logró salir del diario en el momento que le hacía creer a Harry Potter que lo había derrotado, aunque la realidad fue que Tom aprovechó para escapar y volver a tomar lo que perdió hace unos años.