Una mañana, con un cálido sol acompañando a unos dulces pájaros, me desperté con Jason, o creo que se llama así. La verdad es que no recuerdo muy bien qué es lo que pasó ayer, y tampoco sé donde estoy... Me
despierto con una resaca horrible, todo me da vueltas, hasta que
escucho que alguien toca el timbre. Me levanto de la cama, descalza, y
noto que el suelo está demasiado frío a como está siempre, incluso
resbala un poco. Voy a la puerta, la abro y veo que es mi compañera de
piso. ¿Dónde habrá estado?
-Buenos días.- Digo con voz ronca.
-¿Qué te pasa? ¿Te acabas de levantar?- Dice Leila.
-Sí, pero no sé qué pasó ayer...
-Mira te explico, hicimos una fiesta porque ayer aprovamos selectividad. Yo
ví que te liaste con un chico, muy mono por cierto, y me fui a casa de
Landon.- Landon es su novio. Por mucho que me explique, no comprendo
nada.
-Ah. ¿Me tiré a ese chico? Oye, ¿cómo se llama?
-Se llama Logan, es mi compañero de clase, y no sé si te lo tiraste o no, ¿no ves que me fui?
-Ah, si, perdona.
Vamos hacia la cocina. Empiezo a preparar café, sirvo para las dos y nos sentamos tranquilamente en la terraza, hasta que suena la puerta y Leila se acerca hacia ella y la abre, son policías, se la llevan.
-¡¿Qué está pasando?!- Digo desesperada.
-¡Jessica llama a un abogado!- Dice llorando.
Cuando salen por la puerta, me acerco rápido al teléfono y marco el numero de mi padre, porque es abogado. Cuando termino de hablar con el, solo tarda cinco minutos en llegar.
A la mañana siguiente, voy directa a comisaría para poder hablar con mi amiga.
- Leila, ¡¿qué has hecho?!
-Te lo digo en inglés para que los policías no lo entiendan...