Confesiones de una oportunista ©
13 parts Complete MatureNos han enseñado que el amor al dinero es malo, que desear tener más de lo que ya posees es avaricia, un pecado. Pero a mí el amor al dinero no me quita el sueño, al contrario, me impulsa a conseguir lo que quiero. Sin embargo, no lo hago de la forma legal, sudando de sol a sol. Lo consigo mediante la manipulación, atolondrando a hombres indefensos que no llegan a saber qué los golpeó... Bueno, sí que lo saben, porque me vuelvo su droga favorita.
Es así como conocí al prototipo perfecto, el espécimen deseado, un hombre atractivo y con dinero.
Pero hay un problema: él es casado.
Es un fruto prohibido, justo como me gusta.
Mi nombre es Fabiana y estas son mis confesiones.
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