Desnudando mi mente. Sabía que estaba viva gracias al fuerte olor a drogas y alcohol a mi alrededor, todo era tan extraño y nuevo que me cegaba lentamente de la realidad. Sabía a lo que todo esto me llevaría, pero me sentía viva, me sentía tan bien que no dudé en hacerlo. Todo se mezclaba en mi interior haciendo que lo malo se alejara rápidamente de mi ser, me sentía eufórica y llena de vida, creía que eso era la felicidad de la que todos hablaban. Mi mente me engañó, aquello no era felicidad, era sólo el comienzo de mi propio infierno.