Cuando pensó que todo lo había olvidado, que esos recuerdos eran un baúl oxidado, que todos los sentimientos los había guardado y que las emociones de ese entonces las había quemado...
Fue ahí cuando por curiosidad abrió ese cofre, con sus recuerdos guardados, esas hojas en blanco, esos escritos borrados y unas fotos sin marco. Esos simples trabajos, esas simples marcas, esos papeles quemados y hechos pedazos, eso sólo era el comienzo.
Un torbellino de emociones: Tristeza, dolor, ansiedad, amor, alegría, soledad y agonía moviéndose en un remolino sin fondo que lo absorbe todo sin piedad alguna, causando un desastre en su corazón y que las heridas que ella pensaba curadas salieron a relucir en su blanca piel para entonces gritar que nunca desaparecieron.
Pero aunque no lo supiera ese cofre era la puerta al sentimiento que más anhelaba, que más necesitaba y que más odiaba...
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...