Donde antes florecía la flor de la añañuca y daba sombra el chañar ha quedado un yermo sombrío. La codicia de aquellos que no conocen la palabra patria, que no conocen la belleza que se oculta en el canto de las gaviotas o de los atardeceres junto al mar, ha destruido y vendido esa tierra que llamo hogar. Mas mis manos son lo único que tengo, manos impotentes ante un enemigo abstracto como la desidia y pasividad de un pueblo. Manos que solo pueden escribir tristes versos a una tierra adolorida. versos escritos a Chañaral.Todos os Direitos Reservados
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