El espacio entre nosotros

Tomás no era su novio. Lo conocía desde la escuela y tenían una relación complicada casi desde el primer día en que se habían conocido. Y lo sabía. Su mejor amiga se lo repetía incansablemente, su hermano se lo decía a los gritos desde hace muchísimo tiempo. Tomás no era una buena persona, y lo suyo era más tóxico que cualquier cosa, pero no sabía el por qué volvía una y otra vez con él. Estaba atrapada en ese agujero negro que no paraba de succionarla cada vez más, y por un tiempo pensó que jamás podría deshacerse de él, hasta que lo conoció. Sintió en cuanto vio a Julián en esa fiesta lo que no había sentido jamás por ningún otro chico, pero tuvo que pasar todo un año para comenzar a conocerlo mejor. Creyó que estaban destinados a odiarse, pero el tiempo no tardó en darle la razón a lo que alguna vez sintió la primera vez que lo conoció.