Malia Shephard se había criado en una gran familia de doctores. Así que cuando terminé la preparatoria y anuncié que iba a seguir aquella profesión, nadie se sorprendió. Sin embargo, a diferencia de sus hermanas (a excepción de Amelia), ella se había ido de su casa cuando apenas era una joven, descubriendo el mundo por su cuenta y estudiando para ir a una universidad estatal, que era lo único que se acomodaba a su presupuesto.
Había cosas del pasado que no la dejabas seguir en ocasiones, aunque al final del día, siempre encontraba alguien que la ayudaba. De hecho, podía contar a las personas que quería con los dedos de sus manos. No todas entendían su vía.
Pero no nos centramos mucho en el pasado, porque su presente es la cosa más interesante que ha vivido nunca.
Luego de varios acontecimientos, Malia terminó ingresando al Seattle Grace para su primer año de internado, donde, además de encontrarse con su hermano y su complicada vida, ella también iniciará una nueva, con más drama que la de su hermano (la competencia Shepherd, le dicen algunos).