A los dieciséis años la vida parece de lo más fácil, en ocasiones aparece el primer amor, ese que te puede durar toda la vida o te puede marcar de por vida; no es como que estas dos opciones sean las únicas, pero si son las más factibles o propensas a pasar. Ya que general mente nos enamoramos de la idea del amor y nunca vemos más allá que nosotros mismo nos dejamos ver, aun y cuando las cosas estén allí sin duda el efecto del amor.