Si Yuichiro tuviera que reconsiderar las elecciones de vida que lo arrastraron hasta un pequeño cobertizo con un montón de gente apretándose a su alrededor, sin la esperanza de que la lluvia disminuyera, probablemente se daría un golpe a sí mismo. Pero al menos ahora estaba retrasado y tenía la excusa perfecta para no llegar a su cita. Por lo que entre golpearse y comprarse una pizza, había una línea muy delgada. Luego de al menos media hora, el cobertizo estaba en su límite de la gente que podía ocultarse debajo. Yuichiro sintió que su teléfono vibraba en su mochila, así que trató de alcanzarlo de alguna manera. Al mismo tiempo, fue empujado hasta el borde, cuando otra persona se unió a la lata de sardinas. Pero algo en el ambiente era diferente... Al levantar la vista para descubrir qué, se topó con que la recién llegada era una señora mayor que estaba sujetando un paraguas azul apuntando hacia afuera. Su teléfono volvió a vibrar en su mochila, pero esta vez, su cuerpo entero lo imitó. (O, Mika y Yuu fueron separados por la vida y han tratando de encontrarse sin mucho éxito, pero las piedras rodando algún día se volverán a encontrar).