Hay relaciones perfectas y angulares. Otras más que no tienen sentido ni figura y aún así traen felicidad. Y luego estaba la de ellos. Al principio tan perfecta que Levi solía pellizcarse para saber si todo aquello no era un sueño. Después ese sueño se convirtió en pesadilla. El castaño sabía que lo tuvieron todo y aún así no fue suficienteTodos os Direitos Reservados