No todo lo que se mira es como creemos, una cara de Angel puede ser un diablillo y un gesto rudo puede ser lo más noble y tierno del mundo.
Jimin 22 años, un chico Nerd de dinero, familia acomodada, inteligente, antisocial, su historia escolar le hizo cambiar su carácter para hacerse frío y distante, asiste a una universidad privada donde estudia derecho, le gustan los aromas frescos y pasteles de fresa, tiene cara de Angel y un cuerpo curvilíneo envidiado por las chicas.
Jungkook 21 años, huérfano a los 17, a partir de esto se ha dedicado a trabajar para pagar sus estudios y ser un gran abogado, le agradan las matemáticas y las cosas sencillas, musculoso, atlético, boxeador, guapo, noble pero temido por esa seriedad y apariencia de chico malo, su vida lo hizo convertir en una persona fría y distante de la sociedad.
¿Que pasara cuando se encuentren?
¿Cuál es su destino?
Para Park Sung-hoon, el matrimonio es solo un trámite necesario para asegurar su herencia y mantener el control de la empresa familiar. Para Loa, es una salvación inesperada cuando está al borde de perderlo todo.
Un contrato, seis reglas estrictas y un acuerdo sin emociones de por medio... o al menos, eso creen.
Loa y Sung-hoon no podrían ser más diferentes: ella, una artista soñadora con un pasado lleno de cicatrices; él, un heredero frío y calculador que solo ve el amor como una distracción innecesaria. Pero a medida que la convivencia se vuelve inevitable y las líneas entre el deber y el deseo comienzan a difuminarse, ambos descubrirán que el mayor problema no será fingir ser una pareja perfecta, sino evitar que los sentimientos reales destruyan el trato que los une.
Porque en este juego de conveniencia, el amor nunca fue parte del contrato... ¿o sí?