Siguiendo sus instintos, Aemond va con el rey y le pide casarse con Lucerys. Lucerys como buen hijo y nieto cumple con su deber casándose con Aemond. La relación era monótona, casi ni se hablaban ambos confundidos con sus sentimientos e inseguridades. Hasta ese día donde por ir a buscar a Aegon llega oliendo a otra omega y aquello hace estallar en celos a Lucerys. Nadie quiere a un dragón celoso, llegan a ser muy peligrosos.