Amelia contó su historia, pero es hora de que conozcamos el punto de vista del resto de los personajes. ¿Qué sintió Rámses? ¿Qué pensó Fernando? ¿Qué pasaba dentro del corazón de Gabriel?. ¿Como llevan los papás la paternidad?. Conoceremos la visión de todos los que rodean a Amelia
Rámses y Gabriel O'Pherer llegan a una nueva ciudad a cursar el ultimo año del instituto. Para nivelarlo en sus estudios le asignan a dos tutoras: Amelia y Marypaz. Rámses es un francés petulante, está molesto con la vida por quitarle a su mamá, tiene una personalidad reservada, callada y con una apariencia de chico malo, aunque en realidad es alguien muy distinto a lo que todos conocen, pero es el dolor por la perdida de su mamá, el que lo mueve. Gabriel es un portugués simpático, atractivo, carismático y extrovertido. Lleva la muerte de su mamá de una manera muy distinta a su hermano Rámses. Sin embargo aunque en apariencia es el chico que todo padre quiere para su hija, tiene un pasado un poco turbio y suele meterse en problemas bastante seguido. La relación de los hermanos es única y es lo que los ha mantenido a flote a través de la perdida de su mamá, pero cuando conocen a Amelia y a Marypaz el mundo de ambos se vuelve de cabeza cuando Rámses se enamora por primera vez de una chica, Amelia Maggio, la misma que lo ignora. Gabriel por su parte tiene una cuenta pendiente con su hermano, una que quiere saldar y cree que es el momento de hacerlo. Pero Amelia se gana el cariño de ambos hermanos, sin saber ese oscuro secreto que ella oculta
ALERTA DE SPOILER, NO LEER SI NO HAS LEÍDO ANTES LOS SACRIFICIOS DE LA LUNA, ESTA ES LA SEGUNDA PARTE.
Crecí rodeada de hombres lobos, sin saber que era uno de ellos.
Siempre sentí que pertenecía a este lugar, incluso cuando algunos estaban en contra de que me quedara con ellos.
Yo siempre fui parte de la manada.
Y ahora no solo era parte, era su luna. Aquella figura tan respetada como el alfa.
Oh, sí. El alfa resultó ser mi mejor amigo y mi pareja predestinada. El chico del que siempre estuve enamorada. Jamás creí posible que estuviéramos juntos, pero ahora no podía imaginarme un día sin él.
Él me aceptó como su luna y yo lo acepté como mi alfa.
¿El problema? Adquirí nuevas habilidades.
¿El otro problema? No era capaz de controlarlas.
¿El mayor problema? La magia oscura se apoderó de mí y ahora me encuentro bajo la maldición de la luna.