Era una tarde calurosa, carecia de toda brisa, el mar estaba muy a lo lejos. Todo se veía tan disperso estaba recostado en las afueras rodeado de un hermoso pasto verde, lleno de hermosas flores y alla a lo lejos se distinguía fuerte y abrasador, el sol tan brillante y caliente.
Lo vislumbraba desde lejos, con unas gafas de sol es raro decirlo pero lo admiro nos proporciona calor, el solo pensar que pasaría si no existiese o se apagará, sería el fin de nuestros dias como los conocemos. Aún no se mucho de la vida y los adultos solo dicen que estamos en tiempos difíciles, las sociedades se han materializado.
Caen las hojas, se acerca el otoño y los días se vuelven más frios. Cada día que avanza, el calor surte menos efecto y el frío toma su lugar, la luna está cada noche más brillante y no me cabe duda el compararla con el brillante sol que acontecía y llenaba con su luz resplandeciente cada mañana, rodeando el pasto verde.
No me cabe la menor duda, el sol no tiene comparación alguna. La luna mueve las olas en la sombría y angosta noche, mientras el sol reluciente nos da una grata temporada de cosechas y cultivos.
Me encantaban esos días, en los que sentado bajo un árbol que daba hermosos frutos, me comía una manzana admirando la puesta de sol mirando al horizonte en dónde se podían ver esas grandes olas chocar unas con otras, y como sus pequeñas gotas se movían velozmente hasta caer a dónde estaba.
Con el pasar del tiempo, llego una vez el verano y consigo, más días calurosos. Empece a tener aprecio por los momentos que me brindaba, salía muy alegre paseando por todos lados lleno de felicidad queriendo compartirla con los demás. Los otros niños me empezaron a llamar el niño sol, vislumbraba a los demás y quería llevar felicidad alla dónde estuviéramos, las personas a nuestro alrededor vivieron momentos llenos de alegría que no podrán olvidar. Esos dias soleados pasaron a ser noches de tormenta, todo se volvió oscuridad.
En el vasto y peligroso mundo de One Piece, donde los mares están llenos de piratas, marinos y misterios incalculables, un joven recibe una segunda oportunidad en la vida. Reencarnado en este universo fantástico, descubre que posee un "Sistema de copia de talentos" único y poderoso, una habilidad que le permite copiar los talentos y habilidades de otros, ¡incluidas las frutas del diablo!