Que triste es la vida de aquellos que se aman y saben que no pueden ni deben estar juntos. De aquellos que desearían estar con esa persona tan amada y preciada, vital para su existencia. Es cruel el destino cuando ambos corazones no sienten lo mismo, que se pueden ver a diario y uno sufre al notar como la preciosa sonrisa que deseo que fuera para él, le pertenece a otra persona, que su amado adora. Tener que aguantar el dolor y solo soportar con la cabeza baja el ver que alguien más toma la mano que desearía poseer por toda la eternidad. AU