Años habían pasado desde que los mortales admiraban a los Dioses las veinticuatro horas del día, suplicando por una vida llena de prosperidad. Ahora, con la llegada de nuevas creencias, y tecnología avanzada, las nuevas generaciones habían perdido la devoción hacía mucho tiempo. Prefiriendo gastar su tiempo en cosas vanas. Los fantasmas también se vieron afectados. Las personas ya no creían en los fantasmas y en las viejas historias que sus abuelos contaban de ellos. En las redes sociales, hayaban la forma de "desmentir" vídeos de fantasmas captados en las cámaras. Los bosques en los que solían vivir fueron talados dando paso a grandes condominios o quemados por la inconsciencia de los seres humanos codiciosos. Los fantasmas de agua se vieron afectados al ver tanta contaminación, aunque no les afectara en lo más mínimo, dolía ver como lo que consideraste un hogar, era cruelmente contaminado y desperdiciado. Los Dioses se vieron arrinconados, y no tenían esperanza alguna. Sus compañeros desaparecían por la falta de poderes mágicos que recibían de sus devotos. Con la presión y el nudo en la garganta, no tuvieron otra opción que descender, rehacer su vida y disfrutar el tiempo que les quedaba. Pues ellos no eran diferentes a sus compañeros caídos. Ellos también quedarían sin poderes en algún momento y se dispersarían sin dejar ningún rastro en el mundo actual. Estaban a punto de renacer.
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