Una de las demandas más habituales por las que las personas llegan a buscar especialistas en la mente comienza con una simple pregunta; "¿Quién soy yo?". Es una pregunta con una cuestión filosófica o existencial. Muchos emprenden un viaje espiritual para tratar de averiguar la identidad de su propia existencia, ojo, "tratar", ya que no todos lo logran. Algunos van por el camino más fácil; Consultar algún psicólogo, alguna ayuda externa sobre el tema o incluso no dándole importancia al asunto, de hecho, ¿Por qué habría necesidad de saber quien era uno mismo? Era claro como el agua, una persona era solamente ella y punto, no había ningún método científico que aclarara alguna delirante profecía sobre la presencia de un individuo único que cambiara el rumbo del mundo, era ridículo. Habían algunos casos externos a la búsqueda donde la persona en cuestión halla la respuesta en la sociedad, donde era uno más del montón o se dejaba guiar por opiniones externas a la suya, casi siendo una marioneta cuyo dictamen era destrozado por fuerzas ajenas. O bueno, tal vez lo de ser una marioneta no sea un "casi". Pero... ¿Cuánto de ello era real? ¿Qué sucedería si simplemente no sabrías quién eres y el propósito del por qué estabas allí? Era una duda que siempre lo carcomía, al punto donde el camino que el destino trazo con delicadeza para él y para los que lo rodeaban. Siendo otra títere sin posibilidad de elección de identidad propia. Sea tal vez y solo tal vez su lugar en la pirámide de poder de su mundo. ¿Eh? ¿Por qué debía hacerlo? Porque así fue que lo tacharon. ¿Quiénes fueron los que dictaron ello? Los mismos que le dieron nuevos nombres y una identidad que no era él. Oh chico, era difícil ser él. Sería mejor ser otra persona. Dicotomía; Bien o mal, Mente o cuerpo, Todo o nada, Perfecto o inútil, Izuku Midoriya o Izuku Midoriya. ¿Cuál era su Identidad?