Si tuviera que escoger un elemento para describirse, escogería el fuego porque destruía todo a su paso como él. Silas tuvo una vida poco común desde que nació. Vivía rodeado de lujos, violencia y perversiones hasta que un buen día -no tan bueno en ese momento-, se mudó a California. Allí su capacidad de adaptación y sus límites serán probados una y otra vez.