- Yohoo, Xiao, te traje un obsequio~ - Decía alegre el de puntas azules, mientras se dirigía al ya mencionado con un diente de león.
- ¿Un...diente de león? -. Dijo Xiao, alzando una ceja.
El chico de ojos esmeralda sonrió, se sentó al lado del contrario y le dio la flor.
- ¿Qué quieres que haga con esto?-. Preguntó él, aún curioso por el porqué Venti le había traído un diente de león solo porque sí.
- Sopla.
- Que... ¿sople?
Venti asintió, a lo que Xiao, haciendo caso de éste, sopló en dirección al diente de león, provocando lo que ya todos sabemos. Es mucho decir que quedó fascinado, nunca había visto algo así, dado que no salía mucho de casa. Pero ahora que lo tenía a él, iba a ser capaz de ver muchas más cosas que sólo una pantalla de ordenador.
- Tu cara me dice que te gustó -. Sonrió-. Podemos venir aquí seguido, si tú quieres, este es uno de los campos de dientes de león más visitados, pero es mi lugar secreto- Su mirada se dirigió del cielo a Xiao, quien aún contemplaba el diente de león desvanecerse en el aire-. O bueno, ahora ya no es tan secreto-. Rio.